De acuerdo con su mecanismo subyacente, el dolor se puede dividir en:
Dolor nociceptivo: se refiere al dolor causado por el daño al tejido no neural y se debe a la activación de los receptores del dolor; su objetivo principal es la curación.1
Dolor inflamatorio: proceso que involucra reacciones químicas y celulares complejas que ocurren en los tejidos en respuesta a una lesión de estimulación anormal. Sus signos cardinales –rubor (enrojecimiento), calor, tumor (hinchazón) y dolor– reflejan procesos dirigidos a destruir/eliminar material nocivo y a promover la reparación y curación.3
Dolor neuropático: causado por el procesamiento aberrante de la señal en el sistema nervioso periférico o central. En otras palabras, el dolor neuropático refleja una lesión o deterioro del sistema nervioso. El dolor neuropático es una respuesta inadaptada. En el dolor nociceptivo e inflamatorio el sistema nervioso está intacto, no así en el dolor neuropático.3
Dolor mixto: se refiere a un dolor causado por una combinación de mecanismos nociceptivos y neuropáticos.4
De acuerdo con su duración, el dolor se puede dividir en:
Dolor agudo: es el dolor que aparece de repente y es causado por algo específico, generalmente no dura más de 3 meses.5
Dolor crónico: es un dolor que dura más de 3 meses. Este tipo de dolor puede continuar incluso si la lesión o enfermedad que lo causó ha desaparecido.5
Las señales de dolor viajan desde la parte dolorosa del cuerpo a lo largo de fibras nerviosas a través de la médula espinal y posteriormente al cerebro. Sin embargo, en algunos casos (por ejemplo, dolor después de un accidente cerebrovascular), el daño al cerebro o a la médula espinal en sí puede iniciar la sensación de dolor.6
El dolor se procesa en la médula espinal y luego en el cerebro, donde hay conexiones asociadas con ansiedad, emociones, sueño, apetito y memoria. Esto crea una experiencia muy personal de dolor para cada persona.6
El cerebro envía señales a la médula espinal, lo que a su vez puede reducir o aumentar aún más la sensación de dolor. Las células en la médula espinal y en el cerebro pueden sobreestimularse como resultado del dolor constante y es una de las razones por las que el dolor persistente no desaparece fácilmente, incluso si la causa del dolor se descubre y se trata.6
En términos simples, el sistema de advertencia del cuerpo se vuelve más sensible, produciendo una mayor sensación de dolor a pesar de que ya no puede haber ningún daño continuo al cuerpo.6
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